sábado, 28 de febrero de 2009

Cómo terminar un excelente trabajo...

Merce, mi novia desde finales del siglo pasado, lleva toda la semana escribiendo un trabajo para el máster que está haciendo sobre métodos de enseñanza basados en la utilización de Internet y las nuevas tecnologías. Son casi veinte páginas a las que ha dedicado muchas horas y que, después, ha hecho que le corrigiera. Como si me apeteciera y tal.
No me voy a extender en eso, sino que quiero que leáis la nota final que ha incluido y que choca directamente con la concepción de la lengua que tiene la profesora que debe evaluarla, amiga de la @ para señalar el masculino/femenino.


NOTA FINAL:

En este trabajo se ha utilizado el género neutro. Según la Wikipedia[1]el género es una propiedad lingüística en un idioma, y no hay una necesidad lógica en su relación con el sexo biológico. Aunque en ciertas lenguas (por ejemplo las indoeuropeas) uno o varios de los géneros se usen mayoritariamente para uno de los sexos biológicos, seguramente en ninguna lengua del mundo para seres sexuados hay relación necesaria entre sexo biológico y el género de la palabra para designar al ser animado. Esto se debe, fundamentalmente, a que no hay correspondencia inmediata necesaria entre los significados de una lengua y la clase de entidades extralingüísticas”. Para el castellano “el género masculino es la forma no marcada o inclusiva: si digo los alumnos de esta clase me refiero a alumnos de sexo masculino y femenino; el género gramatical femenino es la forma marcada y por tanto resulta la exclusiva o excluyente: si digo las alumnas de esta clase no me refiero también a los de sexo masculino, sino solamente a los de sexo femenino”.

Como historiadora de la lengua, y mujer, creo que es importante separar la lingüística de la política. La lengua tiene unas reglas, que están en continua evolución, pero no se pueden imponer las que cualquiera quiera darle. Con la evolución de la grafía quizás termine por adoptarse la @ como ortografía para algunas palabras del español, pero dudo que sea regla general ya que hay palabras que no admiten esa semejanza de las letras o y a, (por ejemplo, estudiante) y otras que son neutras aunque no lo queramos admitir, como juez (que viene de la declinación del latín que originó también nuez y no por ello decimos la nueza o el nuez). No todas las lenguas poseen los mismos géneros para describir la misma realidad: por ejemplo, el alemán Die Sonne, marcado con género femenino, equivale al francés le soleil o al español el sol, en ambos marcado como masculino, pero ¿quién pondría la mano en el fuego por decir que el sol es macho o hembra?



Qué huevos, ¿eh?


4 comentarios:

Claudio Cerdán dijo...

Recuerdo cuando presenté un trabajo de publicidad en la universidad. Trataba sobre un anuncio de Nesquik, con el conejo aquel perdiendo el culo por el polvo marrón. En las conclusiones lo relacioné con la adicción a la droga y el mensaje pernicioso que transmitia el spot. Al final me saqué un notable. Fijo que tu chica aprueba.

José Luis dijo...

Solo espero que la aludida no lo tome a mal.

Esteban González García dijo...

Con un par. Si la profesora es fría y profesional deberá atender a las razones expuestas. Si es visceral, cerrada y egocéntrica se lo tomará a mal y... ¡quién sabe!
Algunos profesores se creen dioses. Espero que no sea el caso.

dStrangis dijo...

Supongo que no habrá ningún problema. De todos modos, seguiré informando ;D